miércoles, 19 de octubre de 2011

Oda al automóvil



Oh, automóvil tú tan silencioso cuando descansas,
pero a tu despertar rugues cual león.
Siempre acompañado a tu amo, cual perro fiel.
Al moverte toda persona que pase a tu lado,
se inmuta y trata de evitarte,
 pues a pesar de que eres un ser dócil,
 en tus momentos de ira eres capaz de arrebatar la vida.
Oh automóvil,
tu que nos has hecho la vida tan sencilla,
 y nosotros que te tratamos como un animal de carga,
 sin preocuparnos de tus necesidades.
 Pero tomas venganza y en el momento que más podemos necesitar de ti,
 tu corazón deja de latir,
y en lugar de preocuparnos,
 nos enojamos y en ocasiones te agredimos.
Pero tú tan fiel a nosotros,
después de unos días, cual ave fénix regresas a la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario